¿Cómo será el uso de los automóviles (y, de manera más general, la movilidad) en el año 2030? Vamos a analizar algunos factores clave que ejercerán su influencia en la propiedad de automóviles, el uso de automóviles compartidos y la esquiva promesa de los vehículos autónomos. ¿Qué efectos duraderos provocará la COVID-19 en la movilidad del futuro?
"Todo el mundo quiere conducir su propio automóvil", ésta ha sido la letanía, especialmente en EE. UU., desde que la primera unidad del Modelo T de Henry Ford salió de la ´fabrica en 1908. Claramente esto ha cambiado.
Además de la frecuencia de la conducción y la logística de los desplazamientos, otros factores que ejercen su influencia a la hora de elegir entre un automóvil propio y otro compartido (incluyendo los servicios de movilidad compartida con conductor, también denominados "vehículos de transporte con conductor") incluyen:
Por último, están los cambios en las circunstancias personales de las personas. Incluso los aficionados más acérrimos de los automóviles pueden sufrir cambios en su estilo de vida, como una mudanza, una nueva discapacidad o el deseo de simplificar su vida, lo que les obliga a reconsiderar la cuestión clave: ¿Quiero un automóvil o simplemente la movilidad que me proporcionan los automóviles?
Hay muchos aspectos que no podemos predecir con precisión sobre los siguientes diez años en el ámbito de la movilidad, pero hay algunos hechos que parecen ser indudables:
Los fabricantes competirán en base a diseños de automóviles con menor "intensidad de CO2”. Los compradores de los automóviles utilizarán los adhesivos colocados en las ventanillas y sitios web para determinar el CO2 incorporado para cada automóvil. Los fabricantes de materiales para la industria automotriz tendrán que "descarbonizar" (reducir el CO2 incorporado) en sus materiales o afrontar las consecuencias en el mercado. Los proveedores hábiles innovarán, prosperando al trabajar más estrechamente que nunca con los fabricantes de automóviles.
Muchos opinan que la COVID-19 es el suceso global de consecuencias más severas que haya acaecido nunca. (Aunque la pandemia de gripe de 1918 afectó a varios países y provocó un elevadísimo número de muertes, el mundo estaba mucho menos interconectado que en la actualidad). ¿Qué efectos tendrán a la largo plazo las pandemias como la COVID-19 para el sector de la movilidad?
Y, por último, la COVID-19 seguirá dificultando la venta de automóviles mientras no se descubran tratamientos efectivos, vacunas y/u otras pruebas de anticuerpos, o mientras los países no adopten prácticas de distanciamiento social (físico) altamente efectivas, en combinación con la implantación de tests y seguimientos de los contagios.
Sin embargo, es posible que a largo plazo la COVID-19 y otras pandemias respiratorias aceleren la transición de la movilidad hacia alternativas al motor de combustión interna. Con una importante porción de la población mundial superando estas enfermedades con sistemas respiratorios afectados, los gobiernos diseñarán sus paquetes de estímulo económico para que incluyan el fomento de movilidad no contaminante. El movimiento para "electrificarlo todo" tomará impulso y demostrará tener una eficiencia energética sorprendente y extremadamente "realizable" en estos momentos, utilizando tecnología existente en combinaciones nuevas y estimulantes, como microredes y capacidades "del vehículo a la red" (V2G, por sus siglas en inglés).
El mundo no volverá a ser el mismo tras la COVID-19 y en última instancia es trabajo de todos convertir esta afirmación en algo positivo.