La idea de los vehículos autónomos ha cautivado la imaginación de mucha gente: Les encantaría tener un chófer digital para poder llevar a cabo varias tareas mientras se desplazan.
No olvide este concepto mientras hace un búsqueda en línea sobre el término: "conducir dormido". Con su búsqueda encontrará numerosos artículos nuevos e incluso vídeos. Es comprensible que muchos consumidores piensen que los vehículos autónomos (AV, por sus siglas en inglés) ya han llegado y que estarán por todas partes muy pronto.
Los nombres de las características de muchos modelos actuales les dan la razón: por ejemplo, "piloto automático" y "capacidades completas de conducción autónoma" están, citando el manual de un fabricante de automóviles, "destinados a ser utilizados por un conductor/a completamente atento/a, con las manos en el volante y listo para tomar el mando en cualquier momento".
En otras palabras: los automóviles mencionados en los artículos sobre "conducir dormido" tienen una autonomía de vehículo de nivel 3: conducción autónoma limitada en entornos de baja complicación, como autopistas. No son de nivel 4 (conducción autónoma completa en determinadas circunstancias) o de nivel 5 (conducción autónoma completa en todas las circunstancias, el vehículo no tiene volante).
Los desafíos técnicos para los vehículos completamente autónomos de nivel 5 son bien conocidos. El mayor reto es la capacidad de ver con precisión todo el entorno circundante y los obstáculos relevantes, incluso en condiciones adversas respecto a la meterorología o la calzada, y reaccionar con seguridad.
Pero también se presentan desafíos importantes sociales/regulatorios, como la definición de las "reacciones seguras y razonables".
Amnon Shashua, CEO de Mobileye, apunta que los automóviles sin conductor tienen que alcanzar un equilibrio entre seguridad y usabilidad: "Puedo estar completamente seguro si no conduzco o si conduzco a poca velocidad", afirma, "pero en ese caso no soy útil y la sociedad no querrá esos vehículos en la carretera".
Sin embargo, los vehículos autónomos se están implantando lentamente, pero no de la forma en que piensan los consumidores. Los vehículos de nivel 4 o 5 son muy caros en la actualidad, pero su coste podría justificarse fácilmente si los vehículos automáticos consiguen sustituir los gastos más elevados de la conducción: los conductores profesionales.
Waymo está operando
un servicio de lanzaderas sin conductor para los habitantes locales y furgonetas de reparto en zonas limitadas ("acotadas por geovallas") de Arizona, una región en la que, por lo general, no hay una meteorología adversa. Volkswagen Group, Mobileye de Intel y Champion Motors han anunciado sus planes de comercializar la
movilidad como servicio (MaaS, por sus siglas en inglés) con vehículos eléctricos de conducción autónoma ("taxis robóticos") en Israel para 2022. Israel (que también disfruta de un clima soleado) es un país pequeño, por lo que la creación de los mapas de gran detalle que necesitan los vehículos autónomos es un tarea factible.
¿Qué verán los clientes (y qué les gustará) en los vehículos autónomos durante los próximos 5 años? Muchos más conductores experimentarán los sistemas de asistencia avanzada al conductor, que son características de los niveles 1 y 2 de la autonomía de los vehículos, como el frenado automático de emergencia, el control de crucero "inteligente" y el asistente de mantenimiento de carril. Tal y como lo formula Amnon Shashua, de Mobileye: "Algunas de las entidades dedicadas a la regulación en materia de seguridad de todo el mundo ya han empezado a incluir la tecnología de nivel 1 y 2 como
prerrequisito para que un vehículo obtenga una calificación de seguridad de 4 o 5 estrellas".
Sin embargo, nadie puede predecir con seguridad cuándo estará disponible la máxima autonomía, el nivel 5, de forma generalizada para taxis robóticos y, a otro nivel, para automóviles personales de lujo.